Actualmente la biblioteca cuenta con servicios que se pueden ofrecer vía Internet, desde la renovación o resello de préstamo hasta un servicio de referencia por medio de redes sociales o mail. Sin embargo, las posibilidades que ofrece una red social con la presencia de una mayoría son infinitas, y quizá, en un futuro, puedan ser explotadas para beneficio de la biblioteca y del usuario.
La idea que planteó esta respaldada y fundamentada en uno de los propósitos principales que Mark Zuckerberg busca con Facebook a largo plazo, la idea consiste en convertir a esta famosísima red social en una tarjeta de identificación universal que sea permitida en cualquier lugar del mundo, desde aeropuertos hasta la cafetería de la esquina.
La base de usuarios de facebook ya supera los 1000 millones de usuarios lo cual nos dice que no es una locura imaginar el futuro que propone su creador, los problemas quizá surgirían con las limitaciones que se le ofrecerían al usuario respecto al nombre y características de la cuenta (fotografías, opiniones, etc.).
La idea futurista de facebook puede impactar a la biblioteca de buena manera incluso ahora, me refiero por supuesto a que puede implementarse antes de llegar a ese extremo de rigurosidad con una cuenta que, actualmente, se usa principalmente para compartir fotos y chismear. Un sistema de identificación usando a facebook como medio puede facilitarle a la biblioteca la parte del registro e identificación del usuario.
La forma de identificar al usuario sería a través de su cuenta de facebook y se relacionaría con algún sistema determinado, la idea principal de todo esto consiste en dar de alta al usuario así como facilitar el registro del mismo con la biblioteca. Obvio existen diversos problemas para eso, sin embargo son problemas que se presentan actualmente con el método tradicional de comprobante de domicilio, credencial oficial, etc.
Profundizando un poquito, ligar al usuario con su cuenta de facebook puede beneficiar y crear un vínculo más fuerte entre la biblioteca y el usuario, quizás hasta se pueda generar una participación más activa de parte de ambos. Puede nacer como una forma de examinar datos sobre el individuo, como si le pidieras el teléfono o su correo electrónico, pero puede evolucionar y convertirse en algo parecido a lo que Zuckerberg augura.
Entre los elementos positivos está el hecho de quitarle obstáculos al usuario, ya que lo invitas a utilizar algo que es muy familiar para él y donde además puedes recibir feedback y estar en constante contacto con él. Cualquier red social es de utilidad para la biblioteca siempre y cuando el usuario esté ahí, además es una manera de extender lo que ofreces y posiblemente de ganar más usuarios.
La aplicación de facebook como un método de identificación puede traer más beneficios de los que me imagino, pero hay que aclarar algo, no es para todas las bibliotecas ni para todos los usuarios. Los motivos de lo anterior son evidentes, la brecha digital va a seguir siendo un problema en años venideros y no todos los usuarios estarán educados para esta propuesta.